Ferrari Testarossa, el V12 más vendido de Ferrari

Con un número muy próximo a las 10.000 unidades, el Ferrari Testarossa es el Ferrari con motor V12 más vendido de la historia, por encima incluso de multitud de modelos que equipan motores V8. 

Su nombre rinde homenaje al Campeón del Mundo de 1957, el Ferrari 520 Testa Rossa, uno de los coches más caros de la historia y que en italiano significa “Cabeza Roja” y se refiere a las tapas de levas pintadas en ese color de los motores de 12 cilindros de ambos coches. 

El Ferrari Testarossa se presentó en el año 1984 durante el Salón de París como el sucesor del Ferrari 512BB - Berlinetta Boxer - con el objetivo de arreglar algunos fallos que éste tenía como el intenso calor dentro de la cabina o la falta de espacio para el equipaje.

Su motor, sin embargo, mantenía la disposición central de forma que el centro de gravedad se quedaba en el medio para aumentar la estabilidad y mejorar el paso por curva.

Ferrari Testarossa: diseño

El diseño es uno de los puntos más destacables de este deportivo

Fue diseñado por el equipo de Pininfarina quienes originalmente trataban de reducir el tamaño de las tomas de aire laterales, las cuales además no podían ser abiertas debido a las regulaciones de seguridad estadounidenses.

Es entonces cuando decidieron hacer una declaración de estilo que acabó por convertirse en una seña de identidad de finales de los ochenta.

Estas tomas de aire laterales partían de las puertas y acababan en las aletas traseras y hacían al Ferrari Testarossa un coche más ancho por la zona trasera que por la delantera lo que aumentaba su estabilidad y maniobrabilidad.

Ferrari Testarossa con la configuración Monospecchio
Ferrari Testarossa

El coche de frente era asimétrico, con una toma de aire bajo el faro izquierdo y un único espejo retrovisor situado a medio camino del pilar A que se denominó Monospecchio; una característica que hacía que muchos clientes pensaran que la aerodinámica se veía afectada por lo que decidieron compensarlo con otro espejo retrovisor en el lado del pasajero.

No fue hasta el Salón de Ginebra de 1987 que Ferrari decidió situar el espejo retrovisor en la esquina de la puerta y añadir otro de forma oficial para que los cambios de carril se hicieran con mayor seguridad.

Ferrari Testarossa: interior

El interior del Ferrari Testarossa se basó en la simplicidad y centrado en la conducción. El conductor era recibido por un interior completo de cuero, desde los asientos, la consola, hasta el salpicadero que podían elegir con una gran variedad de combinaciones de colores, nivel de personalización que siempre ha caracterizado a estos coches de lujo.

Contaba con aire acondicionado, elevalunas eléctricos o espejos ajustables electrónicamente, varios relojes para medir diversas temperaturas y una palanca de cambios manual con la característica rejilla del cambio en H a la vista.

Como detalle, en los primeros modelos, el cuentakilómetros no se situaba en el cuadro de mandos como es habitual, sino que en la parte baja de la consola central, pegado al cambio de marchas, tenía un módulo específico con esta función.

Interior simple del Ferrari Testarossa en sus primera generaciones, con tonos negros y rojos
Ferrari Testarossa

Ferrari Testarossa: prestaciones

El Ferrari Testarossa equipaba un motor V12 atmosférico montado de forma longitudinal con 385 CV directos a las ruedas trasera, sin controles de tracción y con una caja de cambios manual de 5 velocidades acoplada, donde la primera marcha se introducía moviendo la palanca hacia la izquierda y hacia abajo.

Las prestaciones que ofrecía eran un 0 a 100 en tan solo 5.8 segundos y una velocidad máxima estimada de 290 kilómetros por hora. Las llantas eran de magnesio para ahorrar peso, de 16” de diámetro y con una anchura de los neumáticos que llegaba a los 255 milímetros.

Esta configuración era igual en toda la producción, desde 1984 hasta 1991, en las 7.177 unidades fabricadas.

Ferrari Testarossa en la fecha de su presentación en París en 1984
Ferrari Testarossa

Ferrari Testarossa Spider

El Ferrari Testarossa nunca vió una versión descapotable de producción, sólo una unidad fue creada para el presidente de Fiat en 1986, Gianni Agnelli, para conmemorar los 20 años al frente de la compañía italiana.

A pesar de que muchos usuarios estuvieron interesados en una versión descapotable que poder comprar, Ferrari alegó que debido a problemas estructurales difíciles de resolver, el Ferrari Testarossa sin techo no llegaría a producción.

Sin embargo, varios diseñadores como Pininfarina y preparadores como Straman o Koenig, ofrecían conversiones a descapotable no oficiales para determinados clientes sobre la base de un Testarossa normal.

Como detalle, Agnelli tenía una lesión crónica de pierna por lo que se fabricó un sistema de cambio manual de 5 velocidades que se pasaba a cambio automático mediante un botón que al ser pulsado, retraía el pedal del embrague. 

Una tecnología adelantada a su época.

Ferrari Testarossa Spider, la única unidad fabricada para Agnelli en color plata
Ferrari Testarossa

Ferrari Testarossa: 512 TR y 512 M

En el año 1991 se presentó una actualización del Ferrari Testarossa con pequeños cambios estéticos como nuevos paragolpes y una nueva tapa del motor que le hacían más moderno y una mejora en el motor que ahora llegaba a los 422 CV.

El interior también se modernizó y se separó la consola central del salpicadero y se reubicarón los controles de la climatización. 

Su producción cesó en 1994 con una fabricación total de 2.261 unidades en todo el mundo.

Ferrari 512 TR, la penúltima serie del Ferrari Testarossa
Ferrari 512 TR

Para finalizar con la serie del Ferrari Testarossa, una tirada limitada a tan solo 501 unidades de las cuales 75 fueron destinadas al mercado estadounidense y otras 75 se vendieron con el volante situado a la derecha.

Mecánicamente su potencia subió a los 434 CV y estéticamente recibió un gran lavado de cara tanto en la parte frontal con la eliminación de los faros escamoteables, como en la trasera que cambió los faros cuadrados cubiertos por una rejilla, por 4 faros redondos.

En total 9.939 unidades fueron vendidas alrededor del mundo situando al Ferrari Testarossa como uno de los Ferrari más vendidos de la historia.

Ferrari 512 M, la última versión del Ferrari Testarossa del que solo se fabricaron 501 unidades para todo el mundo
Ferrari 512 M

El Ferrari Testarossa y su legado en la historia del automovilismo

El Testarossa destaca entre las joyas de la corona de Ferrari por su impacto estético y su éxito comercial, así como por representar un momento crucial en la historia del automovilismo deportivo gracias a su diseño atrevido, prestaciones impresionantes y la evocación de una era que nunca más se volverá a vivir.

El debut del Testarossa en el Salón de París de 1984 marcó un hito en el diseño de superdeportivos debido a esa estética, caracterizada por líneas agresivas y las famosas tomas de aire laterales, que marcaron una revolución visual que lo distinguía de sus contemporáneos, incluido el Ferrari F40 presentado ligeramente más tarde

Estas tomas no sólo tenían una función estilística, sino que también eran esenciales para enfriar su potente motor V12, lo que demuestra cómo en Ferrari la forma sigue a la función.

El Testarossa podía alcanzar velocidades máximas cercanas a los 290 km/h gracias a su motor de 12 cilindros y 390 CV, convirtiéndolo en uno de los vehículos más rápidos de su época.

En cuanto al interior del Ferrari Testarossa mostraba la misma audacia y modernidad que su exterior, poniendo énfasis en la sencillez y en el espíritu deportivo, proporcionando a los conductores un entorno centrado exclusivamente en la experiencia de conducción, sin sacrificar el lujo y la comodidad. 

Ferrari Testarossa desde una vista de 3/4 de la parte trasera, con la famosa rejilla lateral que fue un diseño muy popular en los años 80
Ferrari Testarossa

Los asientos, el salpicadero y la consola central estaban cubiertos con cuero de alta calidad, proporcionando también diversas opciones de personalización para complacer a los clientes más exigentes.

El Testarossa evolucionó a lo largo de su producción, adaptándose a los nuevos tiempos sin perder su esencia con variantes 512 TR y 512 M que trajeron mejoras mecánicas y estéticas que renovaron su aspecto y rendimiento, garantizando la relevancia del Testarossa en el dinámico mundo de los superdeportivos. 

En 1996, su despedida marcó el fin de una era y al mismo tiempo el comienzo de su leyenda como uno de los Ferrari más emblemáticos y deseados rivalizando en rendimiento y diseño con otros importantes coches de esa época.

El legado del Testarossa va más allá de sus cifras de ventas o especificaciones técnicas; representa un hito cultural en la historia de Ferrari y del automovilismo, donde el ingenio, la innovación y la pasión por la velocidad se fusionaron para crear algo realmente único.